Más preguntas
La semana pasada estuve participando de la residencia para artistas organizada por El Pasaje, en Tafí del valle. El enfoque puesto sobre los procesos creativos, la escritura, la reflexión sobre las propias prácticas. Mi idea al comenzar: Voy a trabajar con un proceso por día, tratar de llegar de la idea a lo concreto, por lo menos, una vez por día. Y hoy, quiero reflexionar únicamente sobre el primer día.
Lunes 5 de noviembre de 2018. Allá lejos, atrás del pelado en Tafí del Valle, en Peñarol, subiendo por el camino de tierra casi hasta las puertas de la montaña, rodeados de nubes, el paisaje se transforma en cuestión de minutos. Yo quiero la misma foto todos los días, pero en horarios distintos, con luces diferentes, con nubes distintas. Yo quiero enmarcar ese paisaje que se transforma así sin más. Las nubes, a nuestra escala temporal son efímeras. Así como nosotros somos efímeros a la escala temporal de las montañas. Esas rocas están ahí hace miles de años y seguirán estando ahí muchísimos más. Pero ni siquiera ellas son eternas.
Ante semejante escala, yo, ser humano, necesito algo que me contenga, mi dispositivo para habitar el Abismo. Mi estructura para navegar en la incertidumbre. Yo elegí proponer un punto de vista, un recorte espacio-temporal, para que puedan ver lo que yo veo. Yo intento comunicarme.
Armé con cintas rojas un primer y un segundo recuadro y con unos alambres armé las estructuras que me servirían para tensarlo entre dos postes. Coloqué el primer recuadro, no me gusta, voy a armar otro: Vertical, 16:9, mirando al sudeste, por donde sale el sol. El registro es importantísimo, esto ha sido: Cámara en posición, filmando. Comienzo a montar el recuadro que en 8 minutos está tensado en su lugar. Al principio pura luz, una o dos nubes. Al final, niebla y oscuridad. Saco la foto.
Al día siguiente, por la mañana, el viento sopló fuerte:
Lunes 5 de noviembre de 2018. Allá lejos, atrás del pelado en Tafí del Valle, en Peñarol, subiendo por el camino de tierra casi hasta las puertas de la montaña, rodeados de nubes, el paisaje se transforma en cuestión de minutos. Yo quiero la misma foto todos los días, pero en horarios distintos, con luces diferentes, con nubes distintas. Yo quiero enmarcar ese paisaje que se transforma así sin más. Las nubes, a nuestra escala temporal son efímeras. Así como nosotros somos efímeros a la escala temporal de las montañas. Esas rocas están ahí hace miles de años y seguirán estando ahí muchísimos más. Pero ni siquiera ellas son eternas.
Ante semejante escala, yo, ser humano, necesito algo que me contenga, mi dispositivo para habitar el Abismo. Mi estructura para navegar en la incertidumbre. Yo elegí proponer un punto de vista, un recorte espacio-temporal, para que puedan ver lo que yo veo. Yo intento comunicarme.
Armé con cintas rojas un primer y un segundo recuadro y con unos alambres armé las estructuras que me servirían para tensarlo entre dos postes. Coloqué el primer recuadro, no me gusta, voy a armar otro: Vertical, 16:9, mirando al sudeste, por donde sale el sol. El registro es importantísimo, esto ha sido: Cámara en posición, filmando. Comienzo a montar el recuadro que en 8 minutos está tensado en su lugar. Al principio pura luz, una o dos nubes. Al final, niebla y oscuridad. Saco la foto.
Al día siguiente, por la mañana, el viento sopló fuerte:
A la mierda las estructuras.
Qué venís VOS, a ponerme a MI, un recuadro rojo?!
¿Quién te creés que sos?
El concepto de realidad es inaprehensible
Sirve de soporte del mundo de A
Sirve de soporte del mundo de B
Mundos necesariamente distintos, señalan la distancia A - B
La distancia A - B es más grande de lo que parece
En esta distancia habitan todo tipo de sombras y objetos indefinidos
Cambian constantemente, se vuelven irreconocibles
La obra es necesariamente para B
La obra es un regalo de A para B
Toda acción repercute en la relación A - B
Una pregunta:
¿Qué hacemos cuando la naturaleza de las cosas nos estalla en la cara?
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