Yo buscando la realidad donde el perro no sea perro y nada más
Vale aclarar, nada de lo escrito hasta acá es mío: es más
bien un pastiche de ideas que me fueron contando, de representaciones que yo
tenía por ahí, de una frase que le robe a alguien, de una cerveza que estaba
fría y era verdad, etc.
Hace unas semanas he comenzado mi proyecto de investigación y tengo un millón de sentimientos encontrados al respecto. En primer lugar, jamás hubiese pensado que la investigación podía llegar a ser algo tan atrapante y divertido.
Hace unas semanas he comenzado mi proyecto de investigación y tengo un millón de sentimientos encontrados al respecto. En primer lugar, jamás hubiese pensado que la investigación podía llegar a ser algo tan atrapante y divertido.
Lo primero que me rompió la cabeza es el lugar en el que se ubica
la investigación que me es pertinente. Se ubica en el lenguaje, justo entre el
sujeto y el objeto. Es bien complejo, pero tengo un par de ideas para
contarles.
Por un lado está el sujeto, que se sujeta a lo que lo rodea, a las
representaciones que entiende como propias. Hannah Arendt dice que los seres
humanos somos seres condicionados porque en el momento en que algo entra en
contacto con nosotros, ese algo pasa a ser condición de nuestra existencia. En
el otro extremo está el objeto, dentro del objeto, la realidad y el mundo.
Hasta donde sabía, la realidad es eso en lo que vivimos. Mentira. Aquí ya
empezó todo mal ¿Cómo que no vivimos en la realidad? Y no, la realidad implica
una idea de “mundo de verdad” y este mundo, de verdad tiene poco y nada. ¿Cómo?
Y sí, ¿qué entendemos por verdad? Adecuación entre una proposición y el estado
de cosas que expresa. El tema aquí es que “el estado de las cosas” es algo que
depende de la interpretación, necesariamente subjetivo. La verdad es un punto
de consenso, es un acuerdo. Ejemplo burdo: Ese limón es amarillo. Sí, es
amarillo, pero la identidad del “amarillo” es un consenso, jamás podremos saber
si el amarillo que yo veo es el mismo amarillo que ves vos. La realidad es un
concepto abstracto sobre el cual cada uno interpreta un mundo, el mundo es la
realidad interpretada. Para poder comunicarnos en el ruido, en la realidad,
necesitamos un código, un lenguaje. La idea de verdad más o menos funciona en
la dimensión comunicativa del lenguaje: cuando yo te digo pasame el porrón y
vos agarrás la botella de cerveza y me la alcanzas y yo me sirvo un vasito, lo
tomo y digo la cerveza es lo mejor que le pasó a este mundo y vos me decís
verdad. Claro, ahí funciona. Pero esa no es la única dimensión del
lenguaje. El lenguaje también es modelador. Modelador de las formas, de los
marcos, de las ideas, de los mecanismos, de los lentes con los cuales vemos,
interpretamos y vivimos en el mundo. Ya nos estamos yendo a la mierda. Vamos
desde antes, así nos vamos bien a la mierda: Cuando hablamos de lenguaje, en
este contexto, hablamos del lenguaje en su sentido más amplio. Todo lo que
funcione como representación del mundo es lenguaje, la cultura es lenguaje, los
idiomas son lenguaje, la música es lenguaje, el arte es lenguaje, la ropa es
lenguaje y el hecho de que decida ir a la fiesta todo de negro es un
mensaje. El lenguaje es modelador y no se puede escapar del lenguaje,
tendrías que renacer en una piedra, y no sé qué tanto, nunca me tocó
ser piedra. Ahora, también hay que entender que, como sujetos, actuamos en
el mundo según las formas en las cuales entendemos el mundo: Si entendemos que
la educación es importante vamos a ir a clases, si entendemos que la vida es
corta y hay que disfrutarla al mango y que disfrutar la vida al mango significa
tomar cerveza todos los sábados, ahí estaremos todos los sábados.¿Y? Y bueno,
¿cómo carajo se supone que yo sigo creyendo en el libre albedrío después de
todo esto? Alguien está tomando decisiones por mí, mejor dicho, alguien esta
condicionando la forma en la que tomo decisiones a través del lenguaje. ¿Quién?
El poder MUAJAJAJAJAJA no. No es ese poder, no son cuatro anónimos sentados en
alguna oficina de esos edificios súper importantes que manejan el
mundo a través del Nuevo Orden Mundial. El poder es más simple: El profesor
tiene poder sobre sus alumnos, él sabe, ellos no. La encargada de zona del
call-center tiene poder sobre los que están atendiendo llamadas. En este
momento yo tengo poder sobre usted, querido lector, en el sentido de que usted
toma por sentado todo lo que lee y no tiene forma de contestar a este texto
estático (en el mejor de los casos no es así, y usted está cuestionando punto
por punto todo lo que digo). El poder es simple y se pone en funcionamiento en
el momento en que hay dos puntos que establecen una tensión, en el momento en
que hay dos personas juntas, y quevasé, vivimos en sociedad hermano, imagínate.
¿Por qué el sujeto tiene esas representaciones del objeto y no
otras? Aquí es donde entra el poder, las estructuras de poder hacen pasar por
“verdaderas” las representaciones que se alinean con sus intereses. Si a mi me
interesa que ustedes crean lo que yo estoy tratando de explicar aquí, voy a
usar las representaciones que tengan más posibilidades de pasar por verdaderas,
cosa que lo que yo escribo pase por verdad: Poder. Este conjunto de
representaciones que vienen desde el poder las vamos a nombrar como discurso.
También forma parte del lenguaje. Nuestra investigación debe estar en el
medio: en el lenguaje. Si lo pensamos un poco, no es parte del objeto, no
es parte del mundo, no es parte de la realidad. Tampoco es parte del sujeto,
más bien está en la mente, y ni siquiera en la mente de todos los sujetos, sino
en la mía, y quizás en las de algunos otros, pero bueno, incheckeable, como la
verdadera identidad del amarillo. Es como el tema de pastoral, en el que te
hace mal la realidad de saber que el perro es perro y nada más, pero al mismo
tiempo querés descolgar el sol, correr entre los pasillos y buscar la realidad
donde el perro no sea perro y nada más.
Y esto es el principio del problema, porque después tenes que
agarrar algo de esa realidad, de ese mundo, cruzarlo con un montón de
problemáticas teóricas, ir al campo y ver que pasa con todo eso, todo para
poder aprehender una idea, para poder decir algo que tenga sentido y que,
aunque sea por muy poco, escape a los discursos que estamos repitiendo todo el
día como si fueran ideas propias. Vale aclarar, nada de lo escrito hasta acá es
mío, digamos que es más bien un pastiche de ideas que me fueron contando, de
representaciones que yo tenía por ahí, de una frase que le robe a alguien, de
una cerveza que estaba fría y era verdad, etc.
¿Y que planteo elegiste, Javier? De todo lo que había para ver, para analizar, para investigar (ese abanico es más grande de lo que uno puede imaginarse) yo quería arte público. Bueno, pero hay que acotar. Bueno: Arte público en San Miguel de Tucumán. ¿Recorte temporal? los últimos 10 años, como quién busca decir algo de lo que pasa ahora. Entonces: Arte público en San Miguel de Tucumán en los últimos 10 años. Ahora, lees un par de textos y te das cuenta que arte público pueden ser muchas cosas: Malabaristas, músicos a la gorra, murales, grafitis, esculturas en plazas y parques, performances de esas que les rompen las bolas a la gente, afiches, etc. También existe este problema con la idea de público: ¿Qué es público? Creo que no estamos tan de acuerdo como creemos con este tema, ej: cuando uno piensa en una intervención y la policía dice: mmmmmm no. Público, en su raíz etimológica está vinculado con la idea de pueblo, ahí ya es mucho: ¿arte del pueblo? No contentos con esto, viene esta mina, Rosalyn Deutsche y dice que, si queremos que la democracia sobreviva, lo que no puede dejar de estar en cuestión es el significado de pueblo. ¿En qué quedó eso de arte público decíamos? Bueno, reformulamos el planteo entonces: Manifestaciones artísticas de protesta, visibilización y reclamo en el espacio público en San Miguel de Tucumán en los últimos 10 años. Ya tiene como más cuerpo. Entonces lo que uno hace es analizar porqué le interesa cada cosa. Caigo en que en realidad no me interesa puntualmente esto de “protesta, visibilización y reclamo”, sino que me interesan los discursos de contra poder, que lo que me interesa en realidad son las disputas de sentido entre los grupos hegemónicos y los contrahegemónicos. Lo terminas escuchando a Darío Sztajnszrajber dos horas hablando de Foucalt en youtube y caes en: Primero, “Te hace falta leer mucho, chabón”, segundo, la disputa es ¿cuál de los discursos de poder que se pelean por la hegemonía logran ser naturalizados y normalizados? Bueno, vamos a reformular de nuevo el planteamiento: Disputas sobre el sentido del arte en el espacio público. Su influencia en el imaginario colectivo y políticas de estado en la ciudad de San Miguel de Tucumán en los últimos 10 años.
Siento que después de desenmascarar al monstruo del “arte público”
con el cuál había inocentemente empezado, lo único que hizo fue crecer y
complejizarse, pero al mismo tiempo, no puedo dejar de pensarlo, me absorbe,
termino gravitando en torno a la escritura y la lectura relacionada con esto al
punto de que son las 01:55 de la mañana, podría estar durmiendo hace 4 horas,
pero prefiero seguir escribiendo todo esto.
¿Y usted que piensa? Cuentemé que sino hablo sólo:
Si nuestras ideas son implantadas, dónde queda el decidir qué idea si y qué idea no? Eso es propio? O no? Hasta donde somos manejados por el Poder?
ResponderBorrarEs bastante discutible y hay muchas posturas al respecto, pero yo creo que en la mayoría de las personas las ideas no son propias, sino que son reconfiguraciones, collages y recontextualizaciones de ideas escuchadas, leídas y asimiladas como propias, ya sea por estar de acuerdo o por estar en contra de la fuente de determinada idea.
BorrarAún asi, sí creo en la posibilidad de ideas nuevas. Creo que estas surgen de dos condiciones: Primero, haber leido y asimilado muchas ideas, de diversas posturas sobre un mismo tema. Segundo, vivir nuevas circunstancias históricas que las que vivieron aquellos que propusieron las ideas a las cuales me refiero en el primer punto. Lo bueno es que la segunda parte ya la tenemos resuelta, el tema ahora es hacer el primer punto, que es más complejo y demanda un enfoque más consciente y crítico del lenguaje que nos envuelve.
Pero si somos a partir de todo lo q leímos, escuchamos, nos enseñaron; entonces nuestra construcción de decisión y asimilación de ideas, y el estar a favor o en contra de diferentes posturas; seria también predecible si analizamos a fondo todas las ideas y voces y párrafos que entraron en nuestra cabeza desde que nuestra cabeza es cabeza. Entonces lo propio no es tan propio, y el perro es perro; porque somos lo que hicieron de nosotros. Pero lo propio es propio, y el perro no es tan perro; porque no hay nadie más que haya leído, escuchado, o asimilado exactamente lo mismo que nosotros, y porque somos libres de pensar e interpretar y de cambiar de posturas las veces que queramos.
ResponderBorrarSobre lo primero sí y no jajaja No, porque sería absurdo pensar que podés analizar a fondo TODAS las ideas, voces y párrafos que alguna vez conociste, es demasiada información y no tenés acceso a la mayor parte de esa información, aún así: Sí, se puede analizar la forma en la que reaccionas a determinadas cosas, los criterios con los que decidís hacer algunas cosas y otras no, las razones por las cuales te enojas, te alegras o lo que sea y más o menos rastrear de dónde vienen esas formas de ser... a eso (más o menos, en realidad es más complejo e interesante también) se le dice deconstrucción.
BorrarSomos lo que decidimos hacer con lo que hicieron de nosotros, esa la escuché el otro día y creo que es de Sartre. Sobre lo propio y lo no tan propio, creo que vamos bailando en el medio más que en un extremo o en el otro, al fin y al cabo nos vamos apropiando de cosas con las que entramos en contacto. El perro es perro en la medida en que lo vemos como personas, pero yo dudo mucho de que al perro le interese saber que nosotros lo nombramos como perro y dudo mucho más de que a él le interese nombrarse como tal y hacerse todos estos planteos, pero igual no te podría decir, no me tocó ser perro jajaja Y lo último es esa cosa rara de que todos somos distintos, pero todos somos iguales y me parece de lo más lindo de este mundo.