Como llegar a la Plaza Independencia el día de la independencia

Últimamente he estado haciendo un experimento con la gente en la calle. Es bastante simple, consiste en pensar las miradas como un juego. Inicia cuando se establece contacto visual directo con otra persona y gana aquel que lo mantiene hasta el final; el que esquiva la mirada, pierde. En los choques de miradas se disputan los roles de observador y observado.
El sujeto contemporáneo es fundamentalmente, alguien que guarda un secreto. ¿Que decía Sartre sobre la mirada del otro? La mirada de los otros se vive como una mirada maligna, no cuando quiere penetrar en nuestros secretos y volverlos transparentes, sino cuando niega que tengamos secretos, cuando nos reduce a lo que esa mirada registra*.

Televisión muerta + LIBR en Las Piedras
entre Congreso y 9 de Julio
Todos los días paso por la calle Congreso. Hoy, 9 de Julio de 2018, por primera vez en mi corta vida, no me dejaron continuar por calle Congreso más allá de Las Piedras.
Recientemente, mi proyecto LIBR tuvo un feliz encuentro con el de Gabriel Lemme y Yunga en Llamas: "La televisión ha muerto". Gabriel me pidió stickers para cubrir un televisor y utilizarlo en una serie de intervenciones que viene realizando hace un buen tiempo ya. Intervenciones que van acompañadas de su impecable registro fotográfico.
La idea me pareció genial y le acerqué los stickers, entonces me invitó a formar parte de la intervención que había pensado para el día de la fecha: En cuadrilla, 12 personas con cabeza de televisor caminaríamos hasta la Plaza Independencia, desde Plaza Irigoyen.

El recorrido, sin embargo, intentó acercarse por calle Congreso y fue detenido por un corte de la policía, su infantería y gendarmería a la altura de calle Las Piedras. Al preguntar por qué no podíamos avanzar: respondían a ordenes de sus superiores. Decidimos intentar por calle Las Heras, la cual, según rumores, tenía un acceso bien controlado, pero abierto. Sin embargo al llegar allí, la línea de policías uniformados fue reemplazada por una línea de infantería y posteriormente reforzada por gendarmería. No puedo evitar preguntarme la necesidad de los chalecos antibalas, las cachiporras, cascos, escudos, hombreras, pecheras, botas, armas de fuego contra el peligro de mis stickers o de un par de locos que decidieron ponerse unos televisores en la cabeza y caminar hasta el espacio más público de la ciudad.




Intentamos pasar de manera pacífica hasta la plaza, pero no nos fue permitido. Curioso el nombre de la plaza, ¿no le parece?

 

Me digo a mi mismo que nuestra tarea estaba hoy allí, en Congreso y Las Piedras, no en la plaza. Me paré delante de la linea policial a mirarlos ¿Alguna vez vio una mirada tan esquiva como la de un policía? En el tiempo que estuve allí, ninguno de ellos pudo sostener la mirada por más de dos segundos:

Lo miro.
Mira hacia abajo y al costado.
Sabe que lo estoy mirando, se siente incómodo.
Saco mi libreta y empiezo a escribir.
Sabe que lo sigo observando,
sabe que estoy escribiendo sobre él
¿Que decía Sartre sobre la mirada del otro?
Yo soy la mirada del otro.
Lo dibujo 
Sin embargo me quedé con la duda sobre por qué no puede mantener la mirada. Juan, todos los reprimidos seremos tus amigos cuando tires al suelo tu disfraz.

¿En donde empieza y en donde termina el espacio público? Yo discutiría que el escudo de la policía es espacio público. A menudo, cuando les entrego stickers a la gente, se los doy con la siguiente instrucción: uno es para vos, uno es para que le regales a alguien y otro es para que lo pegues en el espacio público. Bajo esa consigna, me dispuse a pegar en esos escudos negros bien bonitos, uno de mis stickers. Todo esto, después de haber pedido permiso al policía, el cual se asustó, hizo unos pasos atrás y me dijo que no. Si bien me hubiese gustado la foto del sticker ahí, le contesté que en ese caso, me recibiera un sticker y decidiera él mismo dónde lo pegaría. Deberían haberle visto la carita, a él y a sus compañeros.


Por último, la cereza del postre. Desde atrás del vallado policial, dos señoras de entre 50 y 60 años con su madre intentan salir del perímetro. Están en auto.

-¿Que significan los televisores?
-¿Que cree usted que significan, señora?
-Ay yo no sé, un televisor es un televisor
-¿Que le representa el televisor, señora?
-¡Pero yo no tengo nada que ver con la política, eh!
-¿Segura señora?

Se alejan un poco, conversan entre ellas, vuelven y me preguntan por qué no pueden salir:

-Pregúntele a la Policía señora, ellos son los que no la dejan salir.
-Che, en serio, nosotras no tenemos nada que ver con la política, ¿nos pueden dejar salir?
-Pídale a la policía señora, nosotros no tenemos nada en contra de que usted quiera salir, es más, nosotros queremos pasar.
-¿Y que significan los televisores?

Me preocupa que usemos la palabra "política" sin ponernos de acuerdo. Muchas veces siento que estamos usando la misma palabra para definir cosas muy diferentes. Ante la duda, sepa usted lector/a, cuando hablo de política, hablo de que lo personal, también es político.

Hablamos de independencia, hablamos de historia, hablamos de actualidad, hablamos de política. Todos los días paso por la calle Congreso. Hoy, 9 de Julio de 2018, por primera vez en mi corta vida, no me dejaron continuar por calle Congreso más allá de Las Piedras.


Fotografías: Gabriel Lemme
Tengo, en alguna parte de este blog un texto escrito sobre el posicionamiento del individuo en el espacio y otras yerbas, me parece que viene mucho al caso. * Estas ideas vienen de un ensayo del libro "Volverse público, transformaciones del arte en el ágora contemporánea" de Boris Groys, donde se ven más profundizadas y mejor explicadas. Para el curioso, libro muy recomendado.

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