Sobre sociedad, educación, política, posicionamiento del individuo como herramienta de transformación y otras yerbas

Si bien todas estas reflexiones vienen de la mano de ciertas lecturas y conversaciones, se ven catalizadas en este texto como fundamentación de enfoques, perspectivas, espíritu y objetivos de distintos proyectos en los que estoy participando.

En primer lugar, las JEIA (Jornadas Estudiantiles de Investigación en Artes) del 2017 me dejaron con inquietudes relacionadas con el dialogo, el movimiento de ideas en general y el desarrollo intelectual.
Por otro lado, comencé a hacerme más consciente de las problemáticas que acaecen sobre la humanidad, las razones de las mismas y la influencia de mis acciones sobre el mundo que me rodea. "Los problemas son demasiado grandes, demasiado globales como para que yo pueda hacer algo al respecto" es una posición que sostuve por mucho tiempo. Ahora me parece una actitud cómoda, conformista, indiferente y tristemente común en nuestros días. No pretendo cambiar el mundo. La idea de cambiar el mundo parte de un supuesto tácito de estaticidad de las circunstancias. Cuidado con los supuestos tácitos.

En geometría, una línea recta tiene una sola dirección y por lo tanto una sola dimensión. Puede ser proyectada en esa dirección hasta el infinito. Por alguna razón, nos enseñan historia con líneas del tiempo. Cuidado con los supuestos tácitos. Al hacer que la línea del tiempo sea recta estamos transfiriendo - conscientemente o no - ciertas características de la geometría euclidiana al tiempo y a los procesos históricos, pero el más peligroso es el de unidireccional infinito. Uno podría leer tranquilamente que la historia avanza en una dirección, que es imparable y que su destino es sólo uno ¿Qué hacer al respecto?

La historia se parece más al gráfico 1 (sí, hay un gráfico 1). Cada punto representa un individuo, la suma de individualidades posicionadas de una forma u otra generan un conjunto que, leído como tal, nos muestra una tendencia clara, donde se podría adivinar una línea, aunque ya no recta, sí con intención.

gráfico 1
Posicionarse genera tensión, sinergia. Lo primero que uno debe hacer es ser consciente de este fenómeno, para elegir donde, cómo y por qué posicionarse. Lo segundo que uno debe hacer es ser consciente de que "no posicionarse" también es posicionarse. La elección es ineludible. Estamos siendo el mundo constantemente.

Generamos cierta sinergia hacia nuestra posición la cual, si se quiere, puede ser potenciada y acumulada. Es la historia de la humanidad: una pequeña minoría ha sabido manejar esa sinergia para controlar y enfocar el tiempo y los esfuerzos de la mayoría en los intereses que mejor ha considerado dicha minoría ¿No le parece curioso que el FMI y el banco mundial cuando tienen que cobrarse una deuda a un país lo primero que intervienen es la educación? La masa ignorante se mueve para donde le digan, el pueblo consciente no se deja torcer el brazo. Minorías en el poder, mayorías obedientes ¿le suena?

Si hay algo que ha conseguido con éxito la política del ministerio de Educación desde los tiempos de Menem (por lo menos) hasta hoy en día es fomentar la ignorancia y la ley del menor esfuerzo y una marcada polarización. En mis primeros años de escolaridad sólo se podía llegar a la instancia de diciembre si se desaprobaba alguna materia, y de por sí estaba mal visto, no sólo por padres y profesores, sino también - y fundamentalmente - por los mismos pares. En mis últimos años de escolaridad, uno podía terminar el secundario teniendo hasta dos materias previas, arrastrando matemáticas desde 7mo, por ejemplo, y los pares estigmatizaban (y lo siguen haciendo) el conocimiento y el interés por saber.

Soy un convencido de que muchos de los males de nuestra sociedad verían su solución a largo plazo si se invirtiese en educación de calidad, consciente de su rol moldeador de individualidades que construyen el mundo y su historia. Individuos conscientes de su lugar, de su papel político y social que tomen acción frente a sus realidades cotidianas.

Cuando hablo de Educación, me refiero a mucho más que la institucional y lo administrativo-normativo. Me refiero al concepto amplio de la palabra aprendizaje y lo que hacemos para difundir el espíritu y la importancia de aprender. Hablo de conversación profunda involucrada con el aquí y con el ahora, hablo sobre arte y ciencia, hablo sobre lectura, hablo sobre investigación, sobre difusión del conocimiento, hablo sobre diluir las fronteras de la cultura y el conocimiento de elite, para que esa intelectualidad se funda con el conocimiento popular, con la cultura general, que sea moneda corriente.

A esa sociedad quiero apuntar, una sociedad más justa, entre sus individuos y con su medio ambiente; una sociedad menos violenta, más tolerante a la diversidad, más intolerante a los intereses avaros.

Si suena utópico es porque lo es. Pero una vez, una amiga, María José Papa me dijo que "las utopías de hoy son la realidad del mañana" a lo que yo le agregaría: si estamos dispuestos a construirlas.

Cuentemé ¿Cuál es su utopía?

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